El asombroso espectáculo de las auroras boreales no es visible en cualquier época del año, por tanto, deberemos planificar bien nuestro viaje si queremos verlo. |
Y es que Islandia está sujeta a una serie de particularidades que hacen que, dependiendo del objetivo de tu viaje, la época idónea para ti puede no ser la misma que para otros. Por ejemplo, si pretendes ir a la caza de auroras boreales deberás situar tu horquilla entre septiembre y marzo, mientras que si lo que buscas es alucinar con el famoso “Sol de medianoche” tendrás que plantear tu visita para los meses de verano.
Mucha gente piensa que visitar Islandia sin la posibilidad de presenciar auroras boreales no tendría mucho sentido, sin embargo, en nuestra opinión, y sobre todo si es tu primer viaje a Islandia, el verano puede resultar la mejor opción por razones que te explicamos más adelante.
Si no acabas de tenerlo claro, lo mejor es siempre dejar que te asesoren los profesionales y, en ese sentido, los amigos de arcticyeti.es podrán orientarte y ofrecerte una serie de planes de lo más interesantes para que tengas la mejor experiencia en el país.
En cualquier caso, para que puedas formarte una idea de lo que encontrarás en Islandia en función de la época del año, aquí te traemos un resumen con las características y posibilidades de cada estación.
En Islandia encontrarás parajes naturales tan bellos como las cascadas de Seljalandsfoss |
PRIMAVERA
Podríamos definir la primavera islandesa entre los meses de abril y mayo, aunque los nativos dan oficialmente el pistoletazo de salida al verano el primer jueves después del 18 de abril.
A pesar de que aún puede caer alguna nevada ocasional, en general, la nieve ya va derritiéndose y los populares frailecillos empiezan a llegar en abril para no marcharse hasta septiembre. Estas pequeñas aves marinas pasan todo el invierno sobre las rocas del océano.
La temperatura en Reikiavik (en islandés, Reykjavík) suele oscilar entre los 0ºC y los 10ºC, sin embargo la parte norte del país suele ser más fría y también más seca.
Lo interesante de cara al turismo es que la temporada alta aún no ha empezado y, por tanto, los precios son más bajos. Además, todavía estarás a tiempo de ver las últimas auroras boreales de la temporada.
Un grupo de frailecillos reposa sobre una roca. |
VERANO
Junio, julio y agosto constituyen la época más popular para viajar a Islandia, pues nos encontramos con el fenómeno del “Sol de medianoche”, que consiste en que los días son tan largos que prácticamente no dejan lugar a la noche, llegando a su punto álgido el 21 de junio, que es el día más largo del año.
De cara al viajero, esto resulta muy interesante, pues nunca tendrás prisa por llegar al destino antes de que anochezca (¡Nunca anochece!) y tantas horas de luz te permitirán realizar más visitas que en cualquier otra época del año, pudiendo exprimir así al máximo el tiempo de tu viaje. Además, los amantes de la fotografía estarán de enhorabuena, pues el “Sol de medianoche” ofrece estampas realmente únicas.
Otra de las ventajas que presenta el verano es que vuelven a abrirse las carreteras de las tierras altas que habían permanecido cerradas, de manera que resulta una época ideal si tu intención es explorar esta zona.
En lo que a temperatura se refiere, tendremos unas medias de entre 10ºC y 15ºC, sin embargo no debemos confiarnos, pues pueden haber oscilaciones que hagan bajar el termómetro hasta los 5 grados, o subirlo hasta los 25.
El verano es la época ideal para poder echar kilómetros sin preocupaciones. |
OTOÑO
Desde finales de agosto hasta principios de noviembre nos encontramos con el otoño islandés, que pese a presentar unas temperaturas similares a las de primavera, la sensación térmica puede ser un poco más baja debido al viento.
En esta estación aparecerán las primeras nevadas del año y es posible que tengamos la oportunidad de presenciar alguna aurora boreal.
Un típico caballo islandés con su melena al viento. |
INVIERNO
Invierno en Islandia es sinónimo de oscuridad, y por tanto, de mayores posibilidades para disfrutar del espectáculo que ofrecen las auroras boreales. Además, esta época comprendida entre noviembre y marzo es la idónea para poder visitar las cuevas de hielo que se forman bajo el glaciar Vatnajökull, un fenómeno natural único que convertirá tu viaje en una experiencia inolvidable.
Respecto a las temperaturas, la media en Reikiavik ronda los 0 grados y suele oscilar entre los -5°C y +5°C. Conforme vayamos desplazándonos hacia el norte, la nieve irá haciendo acto de presencia y las temperaturas irán en descenso, pudiendo llegar hasta los -10°C o incluso menos si te topas con alguna tormenta.
Y por último, una recomendación para quien decida viajar en invierno: date el gustazo de bañarte en una piscina termal. Aunque es algo que se puede hacer durante todo el año, es en esta época cuando más se disfruta.
Una espectacular imagen de las cuevas de hielo. |
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